viernes, 12 de noviembre de 2010

Siete horas más.


Recorría calles desconocidas, con los ojos muy abiertos y el pelo alborotado. La gente caminaba a su alrededor en todas direcciones, como si compusiesen una masa uniforme en la que él era capaz de flotar y de hundirse al mismo tiempo. Ignoraba el significado de las palabras que escapaban de mil bocas habladoras, palabras que se mezclaban creando un murmullo ensordecedor y acogedor al mismo tiempo. Todo lo que veía le resultaba ajeno y diferente, de ahí que el dedo índice de su mano derecha no se separara del disparador de la cámara. Si tuviera que elegir un color sería el rojo, si tuviera que elegir un olor, el de la contradicción candente. No le resultaba cómodo destacar, ser la huella en el cemento blando o la nota más aguda del pentagrama. Todos los ojos le miraban desde abajo, escudriñando sus facciones occidentales y su barba de varios días. Él sonreía con la modestia vergonzosa del que se sabe centro de atención.

Se agachaba para rebuscar en los mercados, y se estiraba para contemplar los rascacielos que se erigían atravesando las nubes contaminadas. Dejaba que su vista se perdiera en la grandiosidad de una muralla fría y guiaba sus pasos a lo largo y ancho de una vasta Ciudad Prohibida, en la que el amarillo imperial se mezclaba con el rojo, cincelando ornamentos imposibles. Inmortalizaba a otros fotógrafos entre los crisantemos y retrataba los cinco aros teñidos de atardecer.

No imaginaba a su llegada, que se desenvolvería tan aceptablemente sin las cuatro púas del tenedor, o que terminaría mezclando idiomas. Se sumergía en una cultura anónima mientras contemplaba la propia desde una perspectiva inusual, y quizá por eso el arroz sabía distinto.

Nueve días después, despegó, dejando atrás unos cuantos millones de ojos rasgados y una habitación vacante. Con la maleta y la memoria cargadas de recuerdos, volvió a abrir la puerta de casa y a reencontrarse con sus sábanas de rayas.

Al fin y al cabo, Wendy también regresó de Nunca Jamás, ¿no?.

Lo.

No hay comentarios: