viernes, 2 de diciembre de 2011

Súplica.


Escuecen los ojos y los párpados pesan cuando llueve agua salada. La piel -plastificada, tirante, rígida- permite que fluyan serpenteando miles de toboganes, que van a dar al abismo y que arrastran maquillaje.

La incomprensión es suya, nacida de sus rarezas y anomalías.
La soledad es fruto de los enredos de su identidad, pero palpable y húmeda como las lágrimas que tiñen de color charco el algodón de su camiseta.

A pesar de todo(s).

Lo.