lunes, 13 de junio de 2011

A deshoras.

Me sorprendí recordando aquel café brumoso en taza ancha, aquel café oscuro del noveno mes, aquel café que jugó su papel de placebo invertido, y que me llevó al jardín, para acunarme y susurrarme al oído, uno a uno, todos los soles del mediodía.

Lo.

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