martes, 24 de agosto de 2010

Sorpresa.

Ella pensaba que sobraban las palabras. Daba por hecho que él había sabido interpretar cada uno de sus gestos, cada uno de sus silencios velados. Le imaginaba capaz de leer sus páginas y de romper todas sus cerraduras. Creía que su hermetismo podía ser rasgado por unos ojos perspicaces.

Sin embargo él no veía más que
una mirada en su mirada, una sonrisa en su sonrisa, un misterio en su misterio. Y cuando todas las cartas fueron mostradas, cuando la sangre brotó y las verdades surgieron, llegó, súbitamente, la sorpresa.

Lo.

1 comentario:

Pablo Gonz dijo...

Paloma:
Al leerte percibo siempre una intención estilística, es decir que tu prosa pretende ir más allá y no sólo servir como mero instrumento de transmisión de una idea. Para lograr un efecto más colorido en ella (si es esto te interesa) existe una herramienta que recomendaba Gabriel García Márquez: que no se produzca rimas dentro de la frase. En "Pensaba que sobraban las palabras" tenemos tres veces la misma rima "áa". El efecto es de llaneza o monocromía. Si te interesa jugar con el color de los sonidos, habría que manejar otros términos. En fin, por si acaso te sirven estos pequeños apuntes técnicos.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ