jueves, 29 de abril de 2010

Hecho.

Había empezado piedra a piedra, pero con el tiempo había logrado construir un muro a su alrededor sin entradas ni salidas. Lo que comenzó casi inconscientemente, había ido adquiriendo el rango de propósito y, en algún punto del camino, todo su empeño se destinó a la finalización de su gran obra arquitectónica.

Cumplió su objetivo y logró hacerse a sí misma tan inaccesible y dura como las piedras que la rodeaban. Nadie volvió a causarle preocupaciones, ni a robarle un segundo de su sueño. Como tampoco nadie volvió a arrancarle una sonrisa, a hacerla estremecer o a conseguir que le temblaran las rodillas.

Lo.

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