viernes, 18 de junio de 2010

Shhh...

Sabía perfectamente que su silencio le incomodaba. También sabía que su mirada fija en las pupilas nerviosas que esquivaban el contacto directo, no ayudaba en absoluto a aliviar la tensión. Si él hablaba precipitadamente, mezclando historias, anécdotas, chistes y ocurrencias, era por llenar el vacío que dejaban los labios cerrados de su acompañante.

Pero ella era así. Administraba, economizaba las palabras. No se permitía derrochar comentarios y los que consideraba innecesarios, se los ahorraba.

Irónicamente, recurría al silencio por temor a la idea de quedarse sin palabr...
Lo.

2 comentarios:

Claudia Sánchez dijo...

Ella estaba habitada por miles de ideas y sensaciones y sentimientos inefables. Por eso callaba. Pocos pueden entender eso. Que hay cosas que sencillamente se disfrutan calladas.
¡Saludos!

Pablo Gonz dijo...

Gracias por este micro, Paloma. Tengo poco que añadir a los comentarios que te deje en días anteriores. Mejor me callo.
Un abrazo,
PABLO GONZ